Valor agregado en camélidos para la sostenibilidad de la Puna: otra alianza minera y comunitaria

Mejorar la calidad de vida, fortalecer la economía ancestral de las llamas y animarse a desarrollar un esquema de negocio rentable y sustentable tiene como protagonistas a familias de Loma Blanca, Coranzulí y Rinconada, quienes trabajan para generar valor agregado ganadero como parte del legado posminero.

Por Jujuy Económico

La comercialización de productos derivados de camélidos es estratégica para la región, pero sufre de informalidad, excesiva intermediación y ausencia de procesos industriales, lo que merma considerablemente los ingresos en zonas inhóspitas, como las del departamento de Rinconada.

Desde 2024, unas 48 familias productoras -13 de Rinconada, 19 de Coranzulí y 16 de Loma Blanca- se animaron a iniciar una experiencia que tiene como horizonte apartarse del comercio tradicional y construir un plan económico-financiero que optimice oportunidades y potencie su perfil emprendedor.

Zaida Caiconte, responsable del comité de llamas en Coranzulí, comentó: “Esta actividad viene de nuestros abuelos, pero siempre persistía la incertidumbre: ¿dónde vender?, ¿a qué precio? Muchas veces en Abra Pampa no se paga lo justo”. «Este proyecto es el cimiento de muchas iniciativas. Para muchos, es una oportunidad de capacitación y un nuevo inicio», agregó la dirigente.

Benito Soto, agrónomo y técnico del programa, detalló que la primera esquila produjo 1.163 kg de fibra gruesa, 1.111 kg de bordel y 1.541 kg de fibra fina destinada al hilado, las cuales fueron enviadas a Santa María (Catamarca) para obtener hilo uniforme y de excelente calidad, con un rendimiento del 70 al 74% en base a la esquila de 1864 llamas.

 

Acopio comunitario

Soto ilustró el impacto económico: “Aquí, el kilo de fibra blanca vale $4.000, pero el hilo blanco medio ronda los $39.000 y el delgado supera los $45.600. Los hilos oscuros se cotizan mejor. La rentabilidad neta por kilo de hilo supera el 50%, descontando costos de procesamiento y traslado”.

“La logística es compleja y cara para un solo productor, por suerte se cuenta con apoyo empresarial, pero necesitamos trabajar colectivamente para alcanzar escala”, agregó.

Sanidad animal y mejora genética

“Buscamos consolidar un modelo sostenible basado en la cadena de valor del camélido, que refuerce capacidades locales, aumente los ingresos, preserve la identidad cultural y fomente el arraigo territorial en la etapa posminera”, precisó a su turno Telma Zemplin, superintendente de Relaciones Comunitarias de SSR Mining.

La experiencia involucra campañas sanitarias, regularización de la esquila y la incorporación progresiva de “añachos” (reproductores) para mejorar la genética de las tropas, implicando un trabajo anual que despertó el interés y motivación colectiva.

Arturo Aguirre, encargado rural de Loma Blanca, comentó que los operativos sanitarios implicaron extensas caminatas –de hasta 3 o 4 horas- por la falta de caminos para vehículos, y múltiples organizaciones en casas y parajes. “Todos quisieron ver hasta dónde se puede llegar, para mejorar la lana, la carne y la calidad de los animales”, expresó.

 

 

Alianzas territoriales

El programa articuló una red local inédita de apoyo: ganadería de Abra Pampa, INTA de Miraflores, comisiones municipales, comunidades indígenas, la Asociación Pachamama y la Fundación Puna Sustentable, con SSR Mining como empresa patrocinadora y articuladora.

“Este programa pone en valor el capital social y las capacidades locales, integrando lo cultural y territorial gracias al trabajo conjunto de productores e instituciones”, sostuvo Edgardo Volpi, gerente de Recursos Humanos y Relaciones Comunitarias de la minera.

 

Sostenibilidad en el territorio

Fortalecer el trabajo familiar, afianzar el compromiso a través del asociativismo y desarrollar un plan de negocio sólido, representa un desafío para familias productoras que se han involucrado en la generación de sanidad animal, la esquila y mejora de la calidad de sus tropas. Los ánimos ahora están puestos en la participación y la motivación que despertó la continuidad operativa de Mina Chinchillas – Pirquitas; ello motivó que los productores hayan definido reinvertir las utilidades por las ventas de hilo para disponer de capital de trabajo, buscando la continuidad del ciclo productivo y la comercialización para los próximos años.

Ester Mayo, ganadera de Costa de Guayatayoc, destacó en esta tarea el rol femenino: “Desde chica aprendí a criar ovejas y llamas. Mientras los hombres buscan sustento fuera, las mujeres sostenemos el campo. Podemos demostrar que aquí se puede vivir dignamente”.

 

Cría de llamas en Coranzulí

En este marco trascendió que todos los actores involucrados se concientizaron en que hay que comenzar a trabajar en la complejidad de acrecentar volúmenes, capitalizar y gestionar en distintos mercados, entendiendo que sólo así es posible visualizar la sostenibilidad.

Eliana Flores, Coordinadora territorial del Programa, por Relaciones Comunitarias de SRR Mining, reflexionó: “cada grupo de productores tiene sus características propias y la experiencia muestra el rápido aprendizaje que viven cuando vencen el miedo y comienzan apropiarse de sus decisiones. Compartir, vivir el cansancio y la alegría del trabajo colectivo hacen que nos veamos como territorio”.

Finalmente, Mario Palma Godoy, especialista de la Consultora Empoderar, afirmó que esta propuesta promovida por SSR Mining impulsa la diversificación económica regional, posicionando a los productores como protagonistas de la sostenibilidad en el escenario posminero.

 Participantes en talleres para agregado de valor en camélidos

Fuente: https://jujuyeconomico.com.ar/index.php/innovacion/item/5073-valor-agregado-en-camelidos-para-la-sostenibilidad-de-la-puna-otra-alianza-minera-y-comunitaria

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