En una entrega anterior, Gabriel Blasco, experimentado geólogo del medio, relató cómo se vincula su trabajo con la minería, particularmente rememoró una de sus experiencias vinculadas a la minería del litio en una de sus fases, la de la prospección.
En esta oportunidad Blasco avanza sobre lo que podemos denominar “segunda etapa” dentro del trabajo minero, la etapa de exploración.
Al igual que en la etapa de la “prospección”, la exploración requiere de un detallado y minucioso plan de trabajo, el cual no asegura necesariamente buenos resultados en la posible explotación futura, pero sí ofrece garantías en cuanto a la fiabilidad de los datos obtenidos, si se respetaron las pautas previamente establecidas en dicho plan.
Consultado respecto dela etapa de exploración en la minería del litio, Blasco aborda el tema desde su experiencia personal en los Salares de Cauchari y Olaroz y nos explica acerca de los procedimientos que se llevan adelante para lograr la extracción del litio. “Una vez realizada la etapa de prospección-cuenta-, comienza la llamada etapa de exploración que en el caso del litio en salares significa concretamente la realización de tareas de perforación profunda, esto significa ir muchos metros hacia abajo (en el salar) en la búsqueda de concentraciones importantes del mineral (litio), que justifiquen el armado de una mina o bien la definición de un yacimiento y luego poder pasar a la etapa siguiente, que es ya la de explotación, es decir, la etapa en que una empresa minera ya se encuentra produciendo.
Hablando específicamente de Jujuy, continúa diciendo “Una de las características de los salares jujeños es que no habían sido perforados nunca, es decir que no se conocía a ciencia cierta qué profundidad tenían los salares, ni el de Cauchari ni el de Olaroz. Si bien la etapa de prospección aseguró la presencia en determinada concentraciones, fue preciso ir a cientos de metros para abajo para determinar hasta dónde (en metros) se encuentran concentraciones de litio, ya que el litio tiene como una de sus características, la de concentrarse en profundidad, es decir que se precipita y va hacia el fondo”.
“Como había que buscar las concentraciones del mineral en los distintos niveles del salar-continúa el geólogo-, se hacía necesario realizar mediciones a distintos niveles de profundidad. Esta tarea comenzó con una prospección geofísica muy importante, se realizaron tomografías sísmicas, sísmica de reflexión y exploraciones geoléctricas para determinar la composición de los salares y la presencia de salmuera con contenido de litio. Cuando se comenzó con el trabajo de perforación ya se sabía que ambos salares tenían una profundidad aproximada de 500 mts”.
Y luego destaca “Resulta muy interesante enfatizar que en esta etapa fueron fundamentales también los distintos estudios hidrogeológicos que se fueron realizando y que resultan esenciales para detectar la presencia de salmueras; finalmente son los que sirven para determinar mediante cálculos matemáticos las reservas de litio existentes.
Se hicieron un par de perforaciones cercanas a los 500 mts y luego otras a menor profundidad que determinaron muy buenas condiciones para la explotación, dentro de una faja que va entre los 50 y los 150 mts, es decir que dentro de esas profundidades se determinó con gran exactitud la presencia de una muy buena concentración del mineral”.
Ya cerrando su relato sobre la experiencia de trabajo en los salares jujeños, el geólogo Gabriel Blasco cuenta “la etapa de exploración de la cual participé implicó el trabajo de aproximadamente 120 personas, más de la mitad de ellas eran profesionales de distintas ramas de las ingenierías y geólogos, pero también desde ese momento ya participaban especialistas de diferentes ciencias sociales, quienes fueron los encargados de mantener informadas a las distintas comunidades aledañas sobre los avances del proyecto”.
Y subrayó “Digo esto porque resulta fundamental que la gente conozca que la minería no se practica en perjuicio de las comunidades, sino todo lo contrario, se hace con el conocimiento, el aval y la participación de las comunidades, muchos de los trabajadores mineros, tanto hombres como mujeres, son miembros de diferentes comunidades asentadas en las inmediaciones de los emprendimientos mineros”.