Los desafíos del litio: producir más sin perder sustentabilidad

El litio es un elemento relativamente abundante; se encuentran depósitos a lo largo de todo el mundo y, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, de acuerdo con las siglas en inglés), se han identificado recursos en al menos 25 países. Sin embargo, su producción no es económicamente factible en todos los casos con la tecnología disponible.

En la Argentina, el litio se encuentra en depósitos de salmuera en salares que están ubicados en tres provincias en el noroeste del país: Jujuy, Salta y Catamarca. También hay yacimientos de este tipo en Chile, Bolivia, América del Norte y Asia, y si bien comparten una serie de características, como el clima árido en una cuenca cerrada, ninguna salmuera es igual a otra. Es por esa razón que, para cada reservorio, se tiene que diseñar un proceso a medida.

Para el CEO de Eramine Sudamérica, Daniel Chávez Díaz, filial de la compañía minera francesa Eramet que tiene en construcción avanzada la planta de litio Centenario Ratones en la puna salteña, el cambio importante que hubo en la dinámica de la demanda del litio motivó el desarrollo de estudios científicos y nuevas tecnologías.

“Es uno de los pocos productos industriales que duplican su demanda cada cinco años, esto es completamente excepcional, por eso se involucraron un número de empresas de distintos sectores en esta temática, lo que trajo un mayor conocimiento y avance en los aspectos tecnológicos relacionados al litio”, destacó el directivo durante una conferencia en el marco del XII Seminario Internacional Litio en Sudamérica, en la ciudad de Salta, el 10 de agosto.

“Un ejemplo es la tecnología de extracción directa de litio (o EDL), que en rigor está en operación industrial en el país desde el año 1997, en lo que hoy es el proyecto de Livent en Catamarca”, comentó Chávez Díaz. “Esa planta productiva, durante 25 años fue la única en todo el mundo que usaba EDL, entre muchas cuestiones porque no es sencilla su aplicación. Hoy, tenemos cuatro plantas más con ese sistema en China, pero a su vez, utilizan dos tecnologías diferentes de EDL”, completó el representante de Eramine, que también prevé adaptar la extracción directa a su proceso productivo.

ESCALA

Por su parte, el director de Desarrollo de Proyectos para Latinoamérica de Lithium Americas Corp., Carlos Galli, la EDL es una gran tecnología y ha probado ser exitosa, pero tiene una serie de desafíos. “Uno es el desafío técnico que implica llevarla a escala y después ponerla en producción, pero sabemos que se puede hacer por las experiencias previas de las empresas que lo aplican, sabemos qué es lo que hay que hacer. Pero, por otro lado, hay desafíos en las dimensiones de sustentabilidad en general”, señaló el referente de la firma canadiense, que es una de las accionistas de Minera Exar, la empresa que puso en marcha operativa en Jujuy, en junio, el proyecto Caucharí-Olaroz.

“Las empresas están midiendo el desempeño de los procesos no solamente para sus accionistas, sino también para sectores más amplios de la sociedad y eso lo hacen mediante parámetros o criterios sociales de gobernanza corporativa. Por ejemplo, se mide la huella hídrica y la huella de carbono principalmente y cada vez más estos criterios influyen en la toma de decisiones de los proyectos en general”, explicó Galli durante la conferencia sobre tecnologías convencionales y alternativas. “Hay casos en donde el DLE consume más agua, aunque consuma menos salmuera, es por eso, que se debe prestar especial atención en el impacto hídrico que este sistema pueda tener, según dónde se lo aplique”, indicó el experto.

Otra de las tecnologías que más se utiliza para los procesos productivos en salmueras -y por eso se la conoce como “convencional” es la evaporítica, que consiste en el bombeo de la salmuera desde los acuíferos mineralizados, ubicados en el subsuelo de los salares y su almacenamiento en una serie de grandes piletas de evaporación al aire libre. La salmuera de litio se concentra mediante evaporación solar y eólica hasta alcanzar una determinada concentración por un período que puede extenderse entre 12 y 24 meses. En comparación con la extracción directa, algunos especialistas sostienen que, en el proceso de evaporación, se pierde un 30% de litio.

“La cuestión de la recuperación es un tema para atender, aunque no estoy de acuerdo con ese porcentaje”, apuntó Galli. “Pero creo de todos modos que es un error pensar en la EDL como la única tecnología posible, de la misma forma lo es pensar que el litio nos va a salvar del cambio climático. Es un elemento más, una herramienta en una caja que tiene que ser mucho más amplia. La extracción directa es una tecnología más que puede ser extraordinaria en algunos casos, muy buena en otros y puede que no sea recomendable en otros. Hay que conocer los recursos, las características de la oferta que necesitamos para llevar adelante los proyectos, y en función de eso, evaluar cuál es la tecnología que mejor se adapta a nuestras necesidades”, concluyó.

 

Fuente: mase.lmneuquen.com

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